• Edición impresa de Mayo 21, 2019.

Ocho segundos de juego con la muerte

Por Jimmer Prieto

Originario de Irapuato, Guanajuato, México, Francisco Morales es considerado uno de los mejores exponentes en el mundo, en el arte de “montar toros”. Tuvimos oportunidad de conversar con este valiente mexicano, quien nos reveló varios aspectos interesantes pero a la vez escalofriantes, acerca del deporte considerado el más peligroso del mundo; pero para él, su pasión desde que era un adolescente.

“Montar toros es más que un deporte, es un estilo de vida, es una tradición que se lleva en la sangre”. Se trata de mantenerse sobre el toro con la simple ayuda de un lazo en una sola mano, el único agarre que se tiene para manejar el toro. El animal, desesperado por quitarse de encima al jinete, brinca y patea con toda su fuerza. El osado jinete debe soportar por un tiempo de 8 segundos. “Si completas 8 segundos, los jueces determinan la calidad de la montada teniendo en cuenta qué tanto se movió el toro, cómo lo dominaste, qué tan fuerte pateó, etc.”

“Es un asunto de reacción y anticipación. Un juego de destreza y de elasticidad más que de fuerza”. “Soy uno de los jinetes más viejos”, dice Francisco. “Tengo 20 años de carrera y lo hago desde los 14 pero sigo con la misma pasión. Aunque no es violento es riesgoso. Te puedo asegurar que todos los jinetes han tenido lesiones graves al practicarlo. Yo he tenido un par de ellas. En una ocasión, el toro me pisó un brazo y me trituró los huesos. En otra ocasión me partí el esternón y varias costillas y tuve que dejar de montar por un año.”

Le preguntamos si este “deporte” es parte del folclor de alguna región Mexicana o responde a una tradición cultural y su respuesta fue que no. “Montar toros empezó en EU. En México existe la charrería (donde el jinete se sujeta con ambas manos) y el jaripeo, los cuales tienen sus propias normas”. Además, nos hizo notar que este deporte se ha extendido por varios países como Brasil, Canadá, México y Australia, entre otros. Hoy en día se puede ver un espectáculo de Monta de toros en el mundo entero, a través de la televisión.

Se necesita valor para un oficio como el tuyo, le dije sonriendo. Su respuesta fue jocosa e irónica a la vez, tanto que le prometí que la reportaría en esta entrevista: “Escogí esto porque soy muy flojo para trabajar y muy nervioso para robar”.

Francisco Morales se presentará en vivo en Mishawaka, Indiana, el viernes 25 y sábado 26 de mayo y espera que toda la comunidad Latina del área lo apoye asistiendo. Me quedó sonando la frase de Francisco: “Aunque no es violento es riesgoso” y pienso, mientras escribo y veo al mismo tiempo a Francisco en un video, montando un toro en un torneo en Australia, que se trata de un juego mortal entre el hombre y la bestia, un acto de suprema concentración del cuerpo y de la mente sobre la fuerza potenciada de una mole furiosa de 850 kilos de peso. Con una sola diferencia con respecto al toreo clásico. El animal no sufre hasta la muerte, solo se disgusta. Si alguien puede perder la vida en el corto lapso de ocho segundos, es el hombre.

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