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LA COPA MÁS CODICIADA YA TIENE DUEÑO Por Lucas Lobrando Los fanáticos italianos explotaron en el cielo nocturno del Olympiastadion, dando así comienzo a la fiesta de los Azzurri. Los fuegos artificiales, las lágrimas de felicidad en el rostro de los jugadores y cuerpo técnico se llevaban los flashes de todos los fotógrafos. No era para menos, Italia se consagraba Campeón del Mundo y de esta forma llegaba a su cuarto titulo mundial. La 18ª final ofreció un auténtico espectáculo, con emoción al principio y una tensión increíble en los últimos minutos, cuando Zidane, en su adiós a un juego que durante tanto tiempo ha enaltecido con su enorme calidad, vio la tarjeta roja tras pegarle un cabezazo en el pecho al defensor italiano. El encuentro comenzó con un gran nivel de ansiedad y nerviosismo, la primera jugada en la que intervino el goleador francés Thierry Henry acabó con un fuerte choque con el medio campista Cannavaro. Todo hacía parecer que el partido se disputaría con muchos roces, lo que haría un encuentro cerrado. Sin embargo, en la siguiente acción en la nuevamente Henry como protagonista cabeceó para Florent Malouda, quien tras ingresar al área fue derribado por Materazzi y el árbitro del encuentro Horacio Elizondo no dudo en cobrar penal. Zidane se encargó de hacer efectivo ese cobro y así Francia se imponía en el marcador. Pero faltaba mucho... El estar abajo en el marcador desde tan temprano no afectó al ritmo de los italianos, que se mostraban contundentes a la hora de recuperar el balón. Andrea Pirlo y Gennaro Gattuso dictaban su ley en la zona media, y Gianluca Zambrotta y Camoranesi combinaban de forma impresionante por la derecha. La tenacidad y el firme control de Camoranesi cerca de la línea de banda forzaron un tiro de esquina que dio origen al gol del empate en el minuto 19. Pirlo envió un centro preciso que Materazzi remató impecablemente de cabeza. El juego continuaba siendo atractivo por momentos pero ninguno pudo sacarse ventaja, ya sea en los 90 minutos como en el tiempo suplementario. Y así llegaron los penales... Tras haber malogrado Trezeguet su penal puso a Italia a un paso del gran sueño. El jugador italiano Grosso tenía el mundo en sus manos tras recorrer el largo camino desde el círculo central hasta el punto penal. El defensor del Palermo, tomo la pelota con sus dos manos miro fijo al arquero y con sutil zurdazo colocó la pelota al costado derecho. Abrazos interminables, lágrimas que nunca secaron envolvieron a todo el pueblo italiano en su máxima felicidad. Después de 24 años, alzaron la Copa del Mundo. | El seleccionador italiano, Marcello Lippi, muestra el trofeo a los aficionados que esperaron a la selección italiana en su hotel de Duisburg, Alemania. Aproximadamente 5.000 fans dieron la bienvenida al equipo, después de que este venciera la final del Mundial Alemania 2006 frente a Francia. EFE/Achim Scheidemann Empleados de una empresa horticultora retiran el césped del campo del estadio olímpico de Berlin. Una compañía vende secciones de césped de este estadio, en el que se jugó la final del Mundial de Alemania 2006 el pasado domingo 9 de julio. EFE/Bernd Settnik El jugador italiano Marco Materazzi (dcha) momentos antes de marcar el 1-1 ante la selección de Francia durante el partido correspondiente a la final del mundial Alemania 2006, en Berlin. EFE/Michael Hanscke
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