Estadísticas sobre trabajadores indocumentados en Estados Unidos

Por NCLR

Datos

Más de 15% de los trabajadores de Estados Unidos nació en otros países. Mientras dos terceras partes de los trabajadores extranjeros cuentan con autorización para trabajar en el país, el 5.2% de la fuerza de trabajo es indocumentada.

De hecho, la afluencia de inmigrantes indocumentados fue causa de la mitad del aumento en la fuerza de trabajo durante la última década.

La mayor parte de los inmigrantes indocumentados es de origen latinoamericano. En 2005, el 56% de los inmigrantes indocumentados vinieron de México.

No se puede negar la gran participación de los trabajadores indocumentados en el mercado laboral de Estados Unidos. Su presencia, con aproximadamente 7.8 millones de trabajadores, es una ilustración clara del desequilibrio entre el sistema de inmigración de la nación y la realidad económica actual.

Los hechos que se describen a continuación ponen en cuestión algunos mitos en relación a los inmigrantes indocumentados.

Trabajadores indocumentados y trabajadores estadounidenses

Aunque el efecto de la inmigración sobre el mercado laboral es claramente neutro, está emergiendo una fuerza de trabajo de segunda clase.

Las inquietudes sobre el impacto de los inmigrantes sobre el mercado laboral de Estados Unidos no son nuevas: desde mediados del siglo veinte hasta hoy, los académicos han investigado si existe algún efecto y la manera en que repercute la inmigración en los salarios de los trabajadores nativos. Los efectos potenciales de la inmigración ilegal son difíciles de medir; sin embargo, los economistas han estudiado diferentes áreas geográficas y períodos de tiempo para intentar capturar las reacciones económicas a los diferentes tipos de inmigrantes. Aunque no existe un consenso absoluto, muchos estudios revelan que la inmigración tiene poco o ningún impacto negativo sobre los trabajadores nativos.

Aun si se toman en cuenta los trabajadores que se cree que compiten directamente con los inmigrantes, por ejemplo, los trabajadores con el nivel educativo más bajo, las estadísticas revelan sólo un ligero descenso de salarios debido a un aumento en la inmigración o, en ciertos casos, ningún descenso en absoluto.

Los trabajadores cuyos salarios sufren más por la inmigración indocumentada parecen ser otros trabajadores extranjeros.

En contraste, cierta evidencia sugiere que los salarios de algunos trabajadores se benefician por la inmigración. Un estudio nacional descubrió que la fuerza de trabajo inmigrante, que duplicó su tamaño entre 1990 y 2004, elevó los salarios de los nativos graduados de escuela superior y graduados con licenciatura entre un 0.7% y 3.4%.

La mayoría de los empleadores y economistas están de acuerdo en que los inmigrantes llenan huecos importantes en el mercado laboral estadounidense. Conforme los trabajadores nativos adquieren educación y movilidad social, la productividad de los inmigrantes indocumentados en trabajos de bajo salario crea un efecto de rebote en la economía.

Pero a pesar de este tipo de impacto positivo, el hecho de que los inmigrantes indocumentados sean explotados fácilmente los relega a ser una fuerza de trabajo apartada y de segunda. Los incentivos económicos que llevan a los empleadores a contratar y aprovecharse de los inmigrantes indocumentados repercuten en forma negativa en los costos de salud, seguridad y protección de salario para todos los trabajadores.

La legalización de los indocumentados mediante legislación podría permitir que todos los trabajadores compitan equitativamente, asegurando así una respuesta adecuada a las demandas de la economía.