Informe revela existencia de compuestos de gran toxicidad en fertilizantes hechos con aguas residuales
Washington, DC — Un nuevo reporte emitido reveló preocupantes niveles de los compuestos tóxicos PFAS (per- y polyfluoralkyl) en productos fertilizantes domésticos ampliamente usados en Estados Unidos.
El informe, basado en análisis realizados por el Sierra Club y el Centro Ecológico, detectaron compuestos PFAS en nueve fertilizantes hechos con aguas residuales—comúnmente etiquetados como “biosólidos”—y detalla más de 30 compañías que venden fertilizantes basados en aguas residuales y compost para uso doméstico en Estados Unidos. Ocho de los nueve productos exceden los estándares de uso de PFOS y PFOA establecidos en Maine, el estado con los requerimientos más estrictos para el uso de estos productos en tierras agrícolas.
PFAS son productos químicos “para siempre” que no se descomponen en el medio ambiente y son altamente tóxicos para las personas. Además, no están regulados por el gobierno federal; es decir, a las industrias se les permite legalmente verterlos en desagües para más tarde ser parte de materiales sólidos durante el tratamiento de aguas. En todo Estados Unidos, los barros residuales se esparcen en campos agrícolas y pastos, se venden a jardineros como fertilizante y su reutilización se considera “beneficiosa”. Pero los residuos de PFAS en materiales basados en barros residuales han contaminado granjas agrícolas y lecheras, además de recursos hidráulicos.
Los resultados del reporte subrayan la urgente necesidad de evitar que los PFAS entren en los sistemas de tratamiento de aguas y biosólidos. De hecho, los autores escriben que los PFAS tienen que prohibirse en productos de consumidor e industriales, con solo excepciones limitadas para usos actualmente inevitables.
Autores del reporte y expertos emitieron los siguientes comunicados:
“El gobierno federal y los estados tienen que actuar urgentemente para evitar la presencia de PFAS en aguas residuales y el uso de desechos residuales en jardines y campos agrícolas”, dijo Sonya Lunder, asesora de rango sobre política de compuestos tóxicos del Sierra Club. “Lamentablemente, las compañías químicas se han enriquecido gracias a los PFAS, dejando que sistemas de tratamiento de aguas, granjas agrícolas y lecheras, y el público paguen las consecuencias”.
“Encontrar PFAS en fertilizantes domésticos muestra cómo estos compuestos acaban afectándonos incluso cuando creemos que han sido desechados. No hay un ‘adiós’ a los PFAS. La única manera efectiva de parar este ciclo y proteger el suministro de agua y alimentos es acabar con el uso de la mayoría de los PFAS”, dijo Gillian Miller, científico jefe del Centro Ecológico de Michigan.
“Los barros residuales no se deben usar como fertilizante en cosechas certificadas como orgánicas, así que si desea que su jardín sea orgánico, use fertilizantes y compost que no estén hechos con residuos de alcantarillado”, dijo Christy McGillivray, directora legislativa y política del Sierra Club de Michigan.
“Cada semana nos enteramos de una nueva manera en la que los PFAS contaminan nuestros cuerpos y el medio ambiente. ¡Ya basta!” dijo Linda Birnbaum, científica emérita y exdirectora del Instituto Nacional de Ciencias Ambientales y del Programa de Toxicología Nacional. “El gobierno federal tiene que actuar de inmediato para evitar la temeraria contaminación de los alimentos, agua, suelo y aire limitando el uso de los PFAS cuando sea posible”.