A casi un mes de su inicio, continúa la revuelta popular en Chile
Manifestantes bloquearon vías y marcharon por las calles de Santiago y otras ciudades del país en una nueva jornada de protestas a la que se sumó una paralización de empleados públicos, estudiantes y otras organizaciones, en demanda de cambios profundos al modelo económico y político.
Las tres semanas de movilizaciones han dejado más de 20 muertos y miles de detenidos en Chile, además de cuantiosos daños que ya empieza a resentir la economía del mayor productor mundial de cobre.
Pese a que el Gobierno ha hecho algunos guiños con ajuste de ministros, medidas paliativas y la promesa de avanzar en un cambio constitucional, los manifestantes no parecen satisfechos y demandan reformas estructurales.
Trabajadores del sector público, estudiantes y otras organizaciones gremiales lideraron una huelga general el martes pasado, aunque garantizaron que no se afectarían sectores como la producción y suministro de combustible.
“Creemos que el paro no es el camino (…) Si nos quedamos en las posiciones extremas de cada lado no va a haber cambios, se va a mantener todo igual”, dijo la portavoz del gobierno, Karla Rubilar, al llamar a un diálogo.
Por su parte, el subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, reconoció algunos impactos en los servicios públicos por el llamado a huelga y afirmó que las marchas convocadas fueron mayormente pacíficas, aunque con algunos choques con las fuerzas de seguridad.
Minutos antes de esas declaraciones, la policía disolvió con agua y gases lacrimógenos una multitudinaria marcha que transitaba frente al palacio de gobierno de La Moneda, en el centro de la ciudad.
En dos importantes autopistas que comunican la capital con importantes puertos, barricadas incendiadas flameaban desde las primeras horas.
Los manifestantes se reunieron en la Plaza Italia, bastión principal de las movilizaciones en Santiago, mientras otros grupos de personas se congregaban e instalaban barricadas en diversos puntos de la ciudad y en otras partes del país.
A medida que transcurrieron las horas, algunas manifestaciones derivaron en violentos choques con la policía y destrozos e incendios en diversos puntos de la ciudad.
En una declaración a los medios durante la noche, el presidente Sebastián Piñera llamó a todos los actores nacionales a sumarse a acuerdos contra la violencia, por la Justicia y para impulsar una nueva Constitución.
Además, informó que su Gobierno pedirá que se juzgue por la ley de seguridad de Estado a quienes “han incitado, promovido, fomentado o participado en la comisión de los graves delitos que hemos conocido durante esta jornada”.
Al culminar las palabras de Piñera, se registraron cacerolazos de protestas en distintos puntos de Santiago.
En tanto, la mayoría de las mineras de cobre mantenían sus operaciones pese a algunos retrasos en turnos debido a bloqueos de caminos.