Editorial
Editor invitado
Aaron Sawatsky-Kingsley
Queridos niños:
No se por donde comenzar, de manera que empezaré por decir: “lo siento mucho por no hacer lo suficiente para detener el cambio climático”. De una parte me siento a la defensiva y en realidad no debe ser mía la disculpa. De otra parte, ¿cómo puedo negar que soy cómplice?
Es fácil para mi mirar por encima de mi hombro y decir que la generación anterior, cuando yo tenía las edades de ustedes, hace unos 30 o 40 años, tenía suficiente información para tomar una acción seria, para corregir y dirigir, pero decidieron no hacerlo. Eso es fácil, lavarse las manos porque mi generación ha llegado a la edad adulta, y a pesar de tener mejor información, hemos perdido el tiempo esperando que el problemaa se resolvería solo y fallamos en tomar responsabilidad.
Estoy ofreciendo una disculpa y pasando la culpa a otros pero se que ninguna de las dos ayudará en la situación en que nos encontramos y que ustedes tendrán que vivir toda la vida.
El mundo está cambiando muy rápido y en forma nefasta. El Panel intergubernamental de la ONU sobre el Cambio climático sacó un Informe especial sobre “El océano y Crioesfera en un Cambio climático” en esta semana y detalló el desmembramiento de nuestros ecosistemas oceánicos como resultado de la crisis del clima. Las consecuencias para los humano serán de un rango que va de moderado hasta devastación total, dependiendo de qué tan cerca de los océanos vivimos (por lo menos 1 billón vivimos en las costas del océano), dependiendo de qué tan avanzado vivamos en el siglo y especialmente dependiendo de cómo podemos aminorar nuestras emisiones de gas de efecto invernadero. Parece que cada semana hay actualizaciones acerca de extinciones, olas de calor, fuegos incontrolados, inundaciones, huracanes, migraciones masivas, destrucción forestal y glaciares descongelándose y estoy muy avergonzado por nuestra conducta. Creo que muchos adultos están avergonzados, tal vez la mayoría. Avergonzados de que hemos buscado tantos lujos sin considerar el costo, el cual termina siendo incalculable. A la vez, creo que la mayoría de los adultos están muy asustados de dejar esos lujos, nuestras tecnologías excesivas, lo cual significaría que estamos condenados a una existencia menos que humana, un paso más lento que representa pérdida, falla e infelicidad. En lugar de enfrentar la verdad, que nuestras tecnologías de combustibles fósiles nos están destruyendo, ha sido más fácil para nosotros seguir tras del cuento tonto, de que nuestro poder tecnológico nos salvará a última hora, justo antes que todo colapse y nos llevará al cielo a vivir felices para siempre.
La vida en una estación espacial gigante sería cualquier cosa menos una historia de hadas y transformar otro planeta como Marte en algo como la tierra puede ser casi una pesadilla.
Lo cual nos trae de vuelta a este planeta. Esta tierra ha sido tan buena y perfecta para nosotros. Por lo tanto, siento que a medida que crezcan y envejezcan escucharán más y más historias de lo que la Tierra solía ser, lo cual tornará a ser más y más como un cuento, algo que no podría ser real.
Mientras que trabajan para mantener los pedazos que queden del mundo, se preguntarán como fue que nosotros, sus padres, abuelos y bisabuelos, quienes decíamos que los amábamos, pudimos romper tanto su hogar. Lamento esto, y tal vez lo que más siento es que les pedimos que permanezcan con esperanza, aunque los adultos les estamos dando pocas razones acerca de qué esperar.
Ya sabemos lo que tenemos que hacer y debemos hacerlo. Pero si no lo hacemos, ustedes no deben seguir nuestro ejemplo. Queridos niños, ustedes deben encontrar mejores formas y más agradables de vivir en la Tierra. Ustedes reconocerán la forma cuando ese momento llegue.